Los
océanos, las aguas profundas y el mar, representan aproximadamente el 95 % del volumen
de la biósfera del planeta que habitamos, convirtiéndose así en un espacio con una
diversidad biológica significativa; lo que representa un aspecto fundamental
para regular el clima, a la vez que contiene ecosistemas beneficiosos para la
producción de alimento, hábitats exclusivos y especies raras; en fin proporciona
notables recursos naturales aprovechados por la humanidad. En este sentido, el
mantenimiento y conservación de los océanos, debe convertirse en uno de los
objetivos sociales más importantes de nuestros tiempos, para la preservación de
las especies incluyendo la raza humana.
Sin
embargo, estos espacios se ven amenazados por un supuesto desarrollo, así como
por la sobreexplotación pesquera; lo que se traduce en la pérdida de especies y
en la destrucción del hábitat marina.
Cabe
destacar, que muchos de estos ecosistemas geográficamente se encuentran fuera
del alcance de la jurisdicción de los países con los que limitan, razón por la
cual se hace necesario promover su valor significativo, así como generar un
esfuerzo de voluntad y compromiso de cooperación internacional, con el propósito
de brindarles protección.
A
tal fin, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha convenido como uno de
los objetivos del Milenio, la preservación de la diversidad bilógica y la
reducción de pérdida de recursos del ambiente, mediante la incorporación de
políticas y programas orientados en los principios del desarrollo sostenible. En
este sentido, recientemente por conmemorarse este 08 de junio el Día Mundial de
los Océanos, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon,
hizo un llamado de reflexión a los países del mundo, para …”frenar la sobrepesca, mejorar el ambiente
marino y reducir la contaminación de los océanos.”
Por
su parte, la República Bolivariana de Venezuela haciendo historia en materia de
derechos ambientales, se suma a la conservación y preservación de los océanos, expresando
dentro del título III, capítulo IX, de nuestra Carta Magna, valores orientados
a mantener un equilibrio ecológico mediante la conservación del ambiente, enunciando
deberes y derechos hacia las generaciones actuales y futuras, que conlleven a
la protección y mantenimiento ambiental. De igual manera, manifiesta un
compromiso por parte del Estado a fin de que éste garantice un ambiente libre
de contaminación, mediante la especial protección de las aguas, las especies
vivas y las costas.
En
el mismo orden de ideas, en el año 2009 se promulga en Venezuela el decreto con
rango, valor y fuerza de ley de pesca y acuicultura, el cual pretende contribuir
al reguardo de los ecosistemas marinos, estableciendo normas y principios para
la aplicación de prácticas responsables en materia de pesca, asegurar un
ambiente acuático sano y seguro mediante la protección de su biodiversidad, favorecer
la conservación y permanencia en el tiempo de los recursos hidrobiológicos,
regulando su aprovechamiento.
Este
cambio de paradigma en materia ambiental impulsado por el Estado venezolano,
tiene como fin último alcanzar la suprema felicidad, enmarcada en el Plan de
Desarrollo Económico y Social de la Nación, a través de la garantía del derecho
de los venezolanos y venezolanas a disfrutar de un ambiente seguro, sano y
ecológicamente equilibrado.
Kindy